El efecto de las pantallas en los niños

El tiempo frente a una pantalla afecta la forma en que los niños hablan, escuchan, sienten y piensan, causando comportamientos similares a los estudiados en el autismo

Tecnología Alejandro Borges

En la actualidad se ha hecho muy común el entregar dispositivos electrónicos a los infantes para así distraerles y poder aprovechar ese tiempo para otras cosas. Pero, ¿por unos minutos de tiempo libre se está condenando así a los niños de la nueva generación?

Desde la aparición del primer televisor comercial por 1926 se introdujo la duda de si este tipo de estímulos tenía alguna repercusión directa en las mentes humanas y tras casi un siglo de estudios, estos se han centrado más en la afección que puede causar en la población más frágil, los niños.

Aunque haya muchos estudios diferentes, con prácticas diferentes, con metodologías diferentes, casi todos convergen en la misma línea: la exposición a las pantallas, indistintamente de cuál se haga referencia, a edades tempranas afecta negativamente la cognición del infante y su evolución. 

Estudios generales 

Según un estudio realizado por la universidad de Drexel, publicado el 8 de enero de este año, centrado en la atención de niños menores de dos años, encontró que la exposición prolongada a las pantallas está asociada a complicaciones sensoriales que se manifiestan más adelante en la niñez.

El estudio sigue investigaciones anteriores que muestran cómo el tiempo frente a una pantalla afecta la forma en que los niños hablan, escuchan, sienten y piensan. Generando así una de las grandes controversias actuales, causando comportamientos similares a los estudiados en el autismo.

Los resultados alarmantes muestran que los niños que consumían cualquier televisión o DVD a los 12 meses de edad tenían el doble de probabilidades de que a los 36 meses, pues experimentan un “procesamiento sensorial atípico” en comparación con otros de esa edad. Después de los 18 meses de edad, cada hora adicional de exposición a la pantalla por día se asoció con alrededor de 20% más de probabilidad de diferencias en el procesamiento sensorial, según el estudio, publicado el 8 de enero del 2024 en JAMA Pediatrics.

Un estudio de la Universidad de Tohoku publicado el 21 de agosto del 2023 denotó que los niños de un año de edad que pasaban frente a una pantalla se asociaba con retrasos en el desarrollo en la resolución de problemas y la comunicación a partir de los dos y cuatro años.

La exposición temprana a medios electrónicos en los primeros años de vida tiene un impacto en el lenguaje, pero aún no es concluyente. La Universidad de Diponegoro hizo el estudio con el objetivo de revelar el impacto de la exposición temprana a pantallas electrónicas en el desarrollo del lenguaje y el comportamiento similar al autista.

Los resultados mostraron que los niños que pasaban viendo menos de tres horas por día tenían retraso en el lenguaje y poca capacidad de atención, mientras que los niños que pasaban viendo más de tres horas por día tenían retraso en el lenguaje, poca capacidad de atención e hiperactividad.

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Foto: Vanessa Loring

Los efectos de las pantallas en niños

Se pueden enumerar cientos de casos puntuales para este tipo de cosas, pero para fines prácticos se englobarán en siete aspectos generales.

Disminución de la concentración: al estar en una continua sobrestimulación y un continuo torrente de dopamina, cuando a un niño le quitas este estímulo pueda haber un letargo importante. Este tipo de letargo también se ve en adultos perfectamente funcionales, así que es fácil comprar el impacto en un niño cuyo cerebro aun está en desarrollo.

Necesidad de gratificación instantánea: al estar en una continua estimulación y recibiendo cantidades enormes de dopamina cada momento que el niño se encuentra con las pantallas, esto genera frustración e insatisfacción para una mente confundida donde las cosas no le generan la inmediata recompensa como lo haría una pantalla.

Dificultad para desarrollar habilidades de espera y aburrimiento: proporcionar un dispositivo electrónico a los niños como un mecanismo para calmarlos o evitar el aburrimiento es una práctica común en la actualidad, aunque esto puede traer muchas consecuencias en su desarrollo, como la incapacidad de poder esperar o la baja tolerancia al aburrimiento.

Riesgo de desarrollar trastornos relacionados: la dependencia de las pantallas, los trastornos del sueño, una comunicación deficiente y la falta de conexión con sus iguales son desencadenantes de la depresión. El uso excesivo y poco saludable de las tecnologías en los pequeños está asociado con un mayor riesgo de padecer una serie de enfermedades y trastornos, como depresión infantil, obesidad o problemas de conducta, entre otras.

Aislamiento y dependencia: cuando los niños se adentran en el mundo virtual es común que se desconecten de la realidad y disminuyan sus relaciones sociales en el mundo entero, cosa que provocaría dificultades en la comunicación y en la adaptación a diversos entornos. Este tipo de conductas también puede verse reflejada en un grado diferente en adultos que pasan mucho tiempo en redes sociales.

Dificultades en el desarrollo psicomotor y cognitivo: aunque la tecnología pueda tener muchos beneficios en el aprendizaje, los especialistas explican en que hay diversos aspectos psicomotores y cognitivos que solamente pueden ser desarrollados mediante la experimentación. No es lo mismo ver una letra bonita a poder hacer una letra bonita.

Desconexión con la realidad y el entorno: la interacción con el mundo real es imprescindible para el desarrollo cognitivo y sensorial de los niños. Al abusar de las pantallas se limita este tipo de vivencias para el niño y su capacidad de aprender a través de la observación y la exploración.

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Foto: RDNE Stock project

A pesar de ser un campo ampliamente estudiado, hay pocas medidas aplicadas en la cotidianidad y esto es debido a múltiples factores y es posible resaltar el más importante y notorio, los padres no suelen educarse en cómo cuidar adecuadamente a sus hijos en una edad temprana. Esto se ve reflejado no solo en la exposición de las pantallas sino en muchas otras áreas.

La carencia de medios para difundir este tipo de información también es alarmante porque, a pesar de que el interés por aprender no sea muy alto para la persona normal, la facilidad para adquirir este tipo de información no es la más práctica haciendo que la mayor parte de la información útil de esta índole sea sacada de Papers científicos o artículos poco visibles.

A pesar de que las pantallas en todo estudio muestren que no son recomendables, nada indica que se deban erradicar totalmente de la vida de los niños. En justa medida diaria puede ser una herramienta de aprendizaje excelente, pero ha de ser supervisada en todo momento.

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