Sánchez marca distancias con Ábalos y advierte que no aceptará “chantajes ni amenazas”

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha roto su silencio sobre el ingreso en prisión de su ex número tres, José Luis Ábalos. Tras varios días de intensa agenda institucional y de partido, el jefe del Ejecutivo eligió dos entrevistas en medios catalanes —RAC1 y Cafè d’idees, de La 2 Cat y Ràdio 4, también difundida por La 1— para fijar posición.

El escenario no fue casual: Sánchez buscaba enviar un mensaje directo a Junts, con quienes reconoce “retrasos” e incluso “incumplimientos” en los acuerdos pactados.  

El jefe del Ejecutivo anunció que el Consejo de Ministros aprobaría un real decreto ley que recoge parte de los compromisos adquiridos con los posconvergentes. Entre ellos, destacó la flexibilización de las inversiones financieramente sostenibles para ayuntamientos y diputaciones, con el objetivo de facilitar proyectos de vivienda y gestión del agua.

Con este gesto, según una publicación del medio El Independiente, pretende recomponer la relación con Junts y recuperar la iniciativa política tras semanas marcadas por el caso Koldo.  

En sus declaraciones, Sánchez insistió en que la legislatura tiene recorrido y reiteró su intención de agotar el mandato hasta 2027. El presidente subrayó que su estrategia pasa por dejar atrás el escándalo de corrupción que salpica a Ábalos y Santos Cerdán, y reforzar la estabilidad parlamentaria con gestos hacia sus socios catalanes. 

Respecto a Ábalos, Sánchez reconoció que había depositado “confianza en él”, pero matizó que, en lo personal, era “un gran desconocido”.

En conversación con la periodista Gemma Nierga, aseguró que desconocía los comportamientos presuntamente corruptos de quien fue un peso pesado del partido y del Ejecutivo.

Recalcó que su Gobierno ha actuado “con total contundencia, y no con connivencia”, diferenciándose del PP, al que acusó de haber tolerado prácticas corruptas.

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La exvicepresidenta Carmen Calvo ya había señalado en La Sexta Xplica que Sánchez fue advertido de la vida disoluta de Ábalos, pero el presidente insiste en que no existía una corrupción estructural en su gabinete.  

"Todo el mundo tiene derecho a defenderse"

El presidente quiso dejar claro que no aceptará presiones. “Todo el mundo tiene derecho a defenderse, pero ni el Gobierno ni el PSOE van a aceptar chantajes ni amenazas”, dijo, aludiendo tanto a Ábalos como al PP.

En RAC1, reiteró que el exministro puede reclamar la presunción de inocencia, pero no tiene derecho a “esparcir mentiras, bulos y desinformación”.  

En los últimos días, Ábalos ha lanzado mensajes contra Sánchez desde su cuenta en X —gestionada por su entorno— y a través de entrevistas concedidas por su hijo mayor, Víctor.

Entre sus acusaciones figura la supuesta implicación de Begoña Gómez en el rescate de Air Europa, extremo que los tribunales no han considerado delictivo. También ha señalado reuniones con Arnaldo Otegi en 2018 para pactar la moción de censura contra Mariano Rajoy, afirmaciones que Sánchez califica de “mentiras”.  

El presidente descartó interponer querellas contra su ex mano derecha. “No vamos a entrar en una espiral de querellas. Tomamos una decisión dura y contundente para extirpar la corrupción, y ahora corresponde a los tribunales dirimir las responsabilidades”, explicó.

Sánchez defendió que no existen motivos para su imputación, como sostiene el PP, y recordó que su partido ha colaborado con la Justicia. “No mandé ningún ‘sé fuerte’ a Ábalos como sí hizo Rajoy con Bárcenas”, subrayó, reivindicando que el PSOE no ha sido condenado por financiación irregular.  

Con estas declaraciones, Sánchez busca cerrar filas frente a las acusaciones de Ábalos, marcar distancia con el caso Koldo y al mismo tiempo tender puentes hacia Junts para garantizar la estabilidad de lalegislatura.  

Con información de El Independiente