Los 20, la nueva edad para preocuparse por el envejecimiento

En la actualidad, la preocupación por el envejecimiento se empieza a manifestar a edades cada vez más tempranas, incluso a partir de los 20 años. La presión social por mantener una buena imagen es señalada como la causa principal de esta ansiedad.

Dicha situación incrementa debido a las redes sociales, ya que desde jóvenes las personas se enfrentan a una sobreexposición de imágenes y mensajes que exaltan la juventud y la belleza. 

Como consecuencia de este fenómeno, acuden a tratamientos estéticos y cirugías con la finalidad de retrasar los signos de envejecimiento.

La preocupación temprana por el envejecimiento

De acuerdo a un estudio desarrollado por Pfizer, 87% de los jóvenes encuestados sienten temor a envejecer, evidenciando una tendencia creciente. 

Si bien no existen datos actualizados a nivel global, se estima que el porcentaje de personas con miedo a envejecer ha aumentado considerablemente en los últimos años. Esto se ve reflejado en el uso de cosméticos antienvejecimiento y rutinas de skincare desde la adolescencia.

Además de estos pequeños pasos, existen alternativas más drásticas como la aplicación de neuromoduladores, también conocidos como botox preventivo. De esta forma, se busca combatir las líneas de expresión antes de que sean visibles. 

*Leer también: La importancia del autocuidado: 10 hábitos saludables para incorporar en tu rutina diaria

La Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (Scpre) reporta que las solicitudes de procedimientos invasivos aumentaron 22,8% y la población más recurrente son las mujeres, representando 85% de los pacientes. En este sentido, numerosos jóvenes han comenzado con procedimientos inyectables a partir de los 15 o 20 años. 

Efectos adversos 

En la generación Z, la preocupación por las arrugas y líneas de expresión se ha convertido en un tema recurrente en plataformas digitales. Sin embargo, dicho miedo a envejecer les han otorgado una apariencia muy madura a temprana edad. 

Expertos en morfofisiología estética explican que dicho estrés genera tensión muscular y maseteros prominentes. Algo que se refleja en rasgos faciales precozmente endurecidos que pierden la apariencia juvenil.

La comunidad médica recomienda a los jóvenes no realizar intervenciones estéticas a temprana edad, ya que esto suele tener un efecto contraproducente. De hecho, los procedimientos preventivos se han señalado en los últimos años como la principal causa del envejecimiento prematuro en la población.

Desde el punto de vista dermatológico, se advierte que, en pieles todavía lozanas, las cremas antiage aceleran el proceso de envejecimiento cutáneo. Debido a que intervienen en la barrera cutánea y provocan deshidratación y resequedad. Además, su acción inhibe la producción de colágeno, lo cual interfiere con el ciclo de renovación celular.

Los profesionales también advierten de los riesgos al realizar intervenciones estéticas en centros sin licencia. La mala praxis en la administración de rellenos o botox puede causar complicaciones como infecciones, quistes y otras consecuencias más severas.