Tarragona gana impulso con el giro europeo sobre combustión

La industria petroquímica de Tarragona ha recibido con satisfacción el anuncio de la Comisión Europea de permitir la comercialización de vehículos con motor de combustión más allá de 2035, siempre que cumplan estrictos requisitos de reducción de emisiones.

El cambio, confirmado el 16 de diciembre, supone un giro estratégico que refuerza la posición del polo químico más importante del sur de Europa.  

El viraje comenzó a vislumbrarse en octubre, cuando la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, adelantó la revisión de los objetivos climáticos fijados para 2035.

Hasta entonces, la hoja de ruta europea contemplaba la prohibición de vender vehículos nuevos con emisiones, lo que equivalía a la desaparición del motor de combustión.

La rectificación, aún pendiente de aprobación por el Parlamento Europeo y los Estados miembros, responde a las demandas de la industria automotriz y química, que reclamaban mayor flexibilidad para adaptarse a la transición energética.  

La patronal europea de fabricantes de automóviles, ACEA (Asociación de Fabricantes Europeos de Automóviles, por sus siglas en francés), había insistido en la necesidad de un enfoque “neutral tecnológicamente” para acelerar la transformación sin comprometer inversiones ni empleo.

La Comisión ha recogido esa reivindicación, apostando por un modelo más pragmático que permita avanzar hacia la descarbonización sin excluir tecnologías clave.  

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Contexto industrial

El complejo petroquímico de Tarragona suministra plásticos técnicos y carburantes avanzados a la automoción europea. Entre sus hitos recientes destaca la primera gasolina 100 % renovable fabricada a escala industrial, desarrollada por Repsol en sus instalaciones.  

Para Javier Sancho, presidente de la Associació d’Empreses Químiques de Tarragona (AEQT), la noticia es “muy positiva” y está “totalmente alineada” con los objetivos del sector. “La descarbonización no se logrará con una única solución tecnológica, sino con un abanico amplio de alternativas”, señaló.  

Sancho subraya que los combustibles renovables actuales y los sintéticos del futuro permiten reducir las emisiones de CO₂ entre un 70% y un 90% de forma inmediata, sin necesidad de sustituir el parque móvil. “Esto puede acelerar la transición y atraer inversiones clave para sustituir los combustibles convencionales”, añadió.  

Un cambio de contexto

La flexibilización europea llega en un momento en que la industria química busca consolidar su papel en la transición energética. Tarragona, con su capacidad de innovación y producción, se posiciona como un actor clave en este nuevo escenario.  

Captura de CO₂ y futuro circular

La AEQT trabaja junto a centros de investigación para convertir el CO₂ en materia prima de combustibles sintéticos. “Queremos ser un hub descarbonizado, con productos sostenibles y circulares”, afirma Sancho.  

Entre los proyectos más ambiciosos figura TarracoCO₂, que contempla el almacenamiento submarino de dióxido de carbono como vía para acelerar la descarbonización.

Reconocido por la Unión Europea a través del Innovation Fund, el proyecto requiere aún permisos de investigación, que la asociación espera obtener pronto en colaboración con la Generalitat y los ministerios competentes.  

La decisión de Bruselas no solo prolonga la vida útil del motor de combustión, sino que refuerza el papel de la industria química como aliada en la transición energética. Tarragona, con su apuesta por combustibles renovables y captura de carbono, se prepara para liderar una etapa marcada por la innovación y la sostenibilidad. 

Con información de Diari de Tarragona