Canarias: El éxito viral del mirador de Chipeque se ha convertido en una amenaza ambiental

Desde el mirador de Chipeque se puede disfrutar de una vista privilegiada del Teide, se ha vuelto el lugar ideal para ver el atardecer, sin embargo, la falta de conciencia ambiental amenazan el entorno

Actualidad Sala de redacción

El mirador de Chipeque está ubicado en el municipio tinerfeño de Santa Úrsula y desde sus 1.830 metros de altura se puede disfrutar de una vista privilegiada del Teide. Tanto es así que se ha convertido en un lugar ideal para ver el atardecer.

Su éxito también deriva de las miles de veces que se comparte por redes sociales. Sin embargo este hecho ha provocado que estos paisajes naturales se llenen de cientos de personas que dejan kilos de basura, algo perjudicial para el medioambiente.

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El biólogo marino Pablo Martín asegura que en apenas media hora ha podido recoger más de 200 colillas de cigarros «papeles, restos de toallitas húmedas, compresas, plásticos…».

Toda esta basura también provoca un gran riesgo de incendio y un daño irreversible en el medio ambiente. Según Martín «el plástico no va a desaparecer, al final se hará cada vez más pequeño y se terminará mezclando con el ecosistema terrestre». Pablo Martín recalca que «debemos cuidar las islas que tenemos, que son únicas».

El mirador de Chipeque, situado en el municipio de Santa Úrsula, en Tenerife, se ha convertido en uno de los lugares más emblemáticos para disfrutar de la naturaleza y contemplar el Teide desde una perspectiva privilegiada. Con sus 1.830 metros de altitud, este espacio ofrece una panorámica espectacular, especialmente al atardecer, lo que lo ha transformado en un punto de referencia para turistas y residentes que buscan experiencias únicas en la isla.

Su popularidad ha crecido exponencialmente gracias a las redes sociales, donde miles de fotografías y vídeos han viralizado la belleza del lugar. Sin embargo, este fenómeno también ha traído consigo un problema ambiental significativo: la masificación y el abandono de residuos. Cada día, decenas de visitantes dejan tras de sí colillas, plásticos, toallitas y otros desechos que no solo afean el paisaje, sino que generan un grave impacto ecológico.

El biólogo marino Pablo Martín advierte sobre la magnitud del problema. En apenas media hora, asegura haber recogido más de 200 colillas, además de papeles, compresas y restos de plásticos. Estos residuos no desaparecen; el plástico, por ejemplo, se fragmenta en partículas cada vez más pequeñas que terminan integrándose en el ecosistema terrestre, causando daños irreversibles. Además, la acumulación de basura incrementa el riesgo de incendios, una amenaza constante en entornos naturales como este.

Martín subraya la importancia de la responsabilidad individual y colectiva: “Debemos cuidar las islas que tenemos, que son únicas”. Su llamado busca concienciar sobre la necesidad de preservar estos espacios, evitando prácticas que comprometan su biodiversidad y belleza. El mirador de Chipeque, más que un lugar para la fotografía perfecta, debe ser un ejemplo de turismo sostenible y respeto por el medioambiente.

Con información de rtvc

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