Detención de Graham Linehan por un tuit desata polémica en Reino Unido

El reconocido guionista Graham Linehan,  cocreador de series como "Father Ted" y "The IT Crowd", fue detenido el pasado lunes 1 de septiembre por cinco agentes armados de la unidad de aviación de la Policía Metropolitana tras bajarse de un vuelo procedente de Estados Unidos. La razón: ser investigado por un presunto delito de incitación a la violencia.

De acuerdo con las autoridades, la detención se dio por una serie de publicaciones en X, anteriormente Twitter, que se consideraron críticas contra la ideología transgénero.

En uno de los tuits, escrito en abril, el guionista irlandés afirmó "si un hombre transgénero se encuentra en un espacio exclusivo para mujeres, está cometiendo un acto violento y abusivo". Y añadió "Monta un escándalo, llama a la policía y, si todo lo demás falla, dale un puñetazo en los testículos".

Oktoberfest 2025: ocho ciudades españolas celebran la icónica fiesta bávara de la cerveza

Ante la detención, el ministro de Sanidad, Wes Streeting, afirmó para el medio BBC que la policía "debería dedicarse a patrullar las calles en lugar de los tuits", en una clara señal de desacuerdo con el arresto. Esta postura, que encontró eco en otros miembros del gabinete y del Partido Laborista, reabrió el debate sobre los límites de la libertad de expresión y las prioridades de las fuerzas de seguridad británicas.

El propio Linehan relató su experiencia, describiendo que fue detenido "como un terrorista" y encerrado en una celda. La Policía Metropolitana confirmó la detención ante la BBC, aunque aclaró que las armas de los agentes "no se sacaron ni se utilizaron en ningún momento".

La noticia del arresto tuvo un efecto inmediato y polarizador. Según The New York Times la autora J.K. Rowling, conocida por sus posturas en el debate de género, tachó la detención de "absolutamente deplorable" y de "totalitarismo". Desde el otro lado de las ideologías, el nuevo líder del Partido Verde, Zack Polanski, defendió la actuación policial como "proporcionada", aunque cuestionó la necesidad de que los agentes portaran armas.

Sumado a este impacto, la polémica traspasó fronteras y Elon Musk, propietario de X, calificó al Reino Unido de "estado policial". El vicepresidente estadounidense JD Vance y el político británico Nigel Farage, quien prometió llevar el caso ante el Congreso de los EE.UU., también se sumaron a las críticas.

La reacción más significativa llegó desde dentro del propio Gobierno. El ministro Streeting argumentó que el Parlamento ha ido imponiendo "cada vez más expectativas a la policía", diluyendo sus prioridades reales. "Si no estamos haciendo la ley correctamente, no podemos reprochar a la policía que aplique las leyes que nosotros, como legisladores, no hemos acertado a diseñar", declaró ante la BBC, sugiriendo abiertamente la necesidad de revisar la legislación sobre libertad de expresión.

Esta postura fue respaldada por otras figuras relevantes, como el secretario de Vivienda, James Cleverly, quien consideró el arresto "una reacción exagerada ante un comentario que evidentemente era una broma". Incluso el exministro del Interior Lord Blunkett tachó el procedimiento de "totalmente inepto".

Según The New York Times, desde la oficina del primer ministro Starmer, si bien se reiteró que la actuación policial es un "asunto operativo", se recordó que la prioridad del Gobierno es combatir "el comportamiento antisocial, los robos en tiendas y la delincuencia callejera", en una clara indirecta sobre dónde debería centrarse el esfuerzo policial. Su portavoz, no obstante, rechazó el comentario de Musk.