¿Sabías que existe un pueblo medieval de Cataluña en los Pirineos franceses?

A solo seis kilómetros de Puigcerdà, la capital de la Cerdanya, se encuentra uno de los pueblos más bonitos de Cataluña ubicado en territorio francés y cuenta con la farmacia más antigua de Europa

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A solo seis kilómetros de Puigcerdà, la capital de la Cerdanya, se encuentra uno de los pueblos más bonitos de Cataluña que, sin embargo, se localiza en territorio francés. Este precioso enclave del Pirineo oriental se sitúa en un angosto valle rodeado de montañas que rozan los 3.000 metros de altura. Construido en piedra y pizarra, alberga las ruinas de un viejo castillo, los restos de un foro romana y la farmacia más antigua de Europa, de origen medieval.

¿Por qué el pueblo está en territorio francés?

El pueblo pertenece a la provincia de Girona, pero para llegar hasta allí es necesario cruzar la frontera con Francia. Para entender esta extraña situación nos tenemos que remontar al Tratado de los Pirineos, firmado en 1659, que puso fin a la Guerra de los Treinta años. Las monarquías francesa y española acordaron repartirse una serie de territorios, entre ellos una parte de la Cerdaña, que tuvo que devolver España a los vecinos galos. Sin embargo, este pueblo quedó fuera de este pacto al tratarse de una villa, un privilegio que le concedió el Emperador Carlos I y que posibilitó que siguiera siendo un dominio de la Corona española.

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Esta 'isla catalana' en suelo francés cuenta con 1.500 habitantes censados. Es una tranquila población de montaña, que se eleva 1.223 metros sobre el nivel del mar, con calles empinadas de piedra, tejados de pizarra y olor a chimenea en invierno, son unas de las características especiales que distinguen al hermoso pueblo de Llívia.

Un castillo y un dragón legendario

Cuentan las leyendas locales que, en la colina donde hoy en día está el castillo, habitaba un dragón que tenía atemorizados a todos los habitantes de la comarca. Un caballero de nombre Llívia se enamoró de esas tierras y se enfrentó al animal, armado con un gran escudo, sobre el que había pintado una cruz, y una lanza. El dragón, al ver la cruz, se quedó tranquilo y el valiente caballero consiguió matarle. Allí construyó un castillo que recibió su nombre. 

El castillo fue destruido en 1479 y quedó enterrado durante un siglo. Excavaciones arqueológicas han descubierto un recinto cestral de finales del siglo XIII, con una torre del homenaje. Desde allí se disfrutan de unas excelentes vistas panorámicas al valle de Cerdaña.

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Entre los monumentos más destacados del pueblo está la iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles, del siglo XVI. Es un ejemplo del gótico tardío del siglo XVI, y cuenta con una portada renacentista flanqueada por dos torres que le dan aspecto de fortaleza. El edificio se levantó sobre uno anterior, románico, y encima del antiguo centro de la Ciudad romana: el foro.

La torre Bernat de So formaba parte de su sistema defensivo, construida también en el siglo XVI, después de la destrucción del castillo.

La farmacia más antigua de Europa

En Lívia-la farmacia más antigua de Europa

Llívia cuenta con la farmacia más antigua de Europa, la farmacia Esteve, fundada en 1415 por Jaume Esteve. Durante 23 generaciones estuvo en manos de la misma familia, hasta que en 1942 León Antonio Esteve la cerró y se instaló en Puigcerdá.

El Ayuntamiento y la Diputación la compraron en 1965 y la convirtieron en museo, que se ha convertido en uno de los grandes atractivos de la localidad. Este singular espacio permite al visitante descubrir cómo se fabricaban remedios naturales, fármacos y fórmulas magistrales, además de albergar instrumental de laboratorio, drogas antiguas, recetarios y una biblioteca.

Allí se conserva una interesante colección de albarelos, esos frascos de cuerpo cilíndrico donde se guardaban los medicamentos y diferentes compuestos. Los potes inicialmente no estaban decorados y se ponían unas bandas de papel en diagonal, sobre las que se escribía en letras góticas para poder identificar el contenido. En 1759 José Esteve modernizó el sistema y dibujó un medallón estilo Luis XVI, en cuyo óvalo se rotulaba con abreviaturas de los productos.

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Turismo de naturaleza

Ubicada en el Pirineo Oriental, Llívia es una localidad ideal para disfrutar del contacto de la naturaleza. Entre los posibles itinerarios, destaca la ruta de las Fuentes, que te llevará a descubrir los beneficios terapéuticos de la fuente del Azufre, la fuente del Xàfec y la fuente del Hierro. En el itinerario se podrán ver ejemplos de la arquitectura rural en piedra seca -cabañas de pastor, cercados, bancales, el acueducto de en Carrases-, una muestra de cómo se vivía antiguamente en la Cerdaña.

Llívia forma también parte del Camino de Santiago y es el punto de partida de una ruta de siete kilómetros que acaba en Puigcerdà, el llamado Camino del Segre o Camí del Segre, que transcurre por el valle del río del mismo nombre.

 El lago de la Bollosa-Pirineos franceses

Foto: Ayuntamiento de Llívia 

Llívia está rodeada de caminos de alta montaña y un entorno privilegiado con maravillas como el lago de la Bollosa, una presa ubicada en un área natural protegida. En la ruta hasta el pico Carlit nos encontramos con multitud de pequeños lagos. Es el lago a mayor altitud de los Pirineos (2.000 metros) al cual se puede acceder por carretera o con telesilla. El acceso en vehículo privado está regulado. Existe una lanzadera para acceder y un telesilla que sale de Font Romeu.

Con información de elPlural 

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