Descubre la ciudad más feliz del mundo

Finlandia sigue liderando el ranking como el país más feliz del mundo por octavo año consecutivo, seguida muy de cerca por sus vecinos daneses

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Descubre la ciudad más feliz del mundo: Copenhague
Descubre la ciudad más feliz del mundo: Copenhague

El Índice de Felicidad es un estudio que evalúa la calidad de vida en las ciudades a través de factores como la sostenibilidad, la seguridad, la educación y el bienestar emocional, una investigación que se realiza y se publica de forma anual.

Este año ha sido Dinamarca la nación que alcanzó la primera posición con la ciudad más feliz del planeta. Un motivo de orgullo nacional y, sin duda, un poderoso atractivo turístico.

La historia de la capital danesa es fascinante. Lo que alguna vez fue un conjunto de asentamientos de pescadores ha evolucionado hasta convertirse en un enclave moderno y cosmopolita.

Aunque la imagen de Dinamarca suele asociarse con los vikingos y las monarquías, su capital ha enfrentado plagas, guerras e incendios devastadores. A pesar de estas adversidades, sus esfuerzos de reconstrucción y modernización han rendido grandes resultados, forjando la Copenhague que se conoce en la actualidad.

En un país donde existe una palabra específica para describir un estado de bienestar acogedor e íntimo, hygge, no es de extrañar que su capital sea un ejemplo de sostenibilidad, felicidad y calidad de vida.

Aunque Dinamarca no es el único país con altos estándares urbanos y sociales, Finlandia sigue liderando el ranking como el país más feliz del mundo por octavo año consecutivo, seguida muy de cerca por sus vecinos daneses. 

Ahora, Copenhague también se  visualiza como un símbolo de estabilidad. Organizada y eficiente, ha destacado en áreas como la educación, la innovación y la participación democrática, sin dejar atrás su fuerte compromiso con el medio ambiente.

A continuación, el diario La Vanguardia ha seleccionado algunos lugares y curiosidades de esta joya nórdica, un recuento que regala un poco de su felicidad.

Copenhague / PixabayCopenhague premiará con comida y visitas gratuitas a turistas que cuiden el medio ambiente

1. Un pasado guerrero

Si pensamos en el norte, al menos desde el sur de Europa, siempre nos viene a la mente una sola palabra “vikingos”. Esos personajes que han protagonizado películas, series y anécdotas históricas. Fieros navegantes, y terribles vecinos si eras un monje en abadías inglesas, sus asentamientos forman parte obligatoria de toda visita a Dinamarca.

Hoy en día es posible seguir las huellas de esta nación de exploradores en Copenhague, más concretamente en el Museo Nacional de Dinamarca, que alberga tesoros de este pueblo, o en el Museo de los Barcos Vikingos en la ciudad cercana de Roskilde.

Uno de sus personajes más reconocidos es Harald Diente Azul (Bluetooth, sí, como la tecnología), que unificó el reino de Dinamarca a finales del siglo X y se convirtió en el primer rey de una larga dinastía que llega hasta hoy. No por nada la corona danesa es una de las más antiguas.

2. Edificios impresionantes

Recorrer los alrededores de Copenhague es sencillo gracias a su transporte público, por lo que se pueden visitar múltiples estructuras impresionantes que van de un estilo modernista a gloriosas fachadas medievales. Perderse por las calles de la ciudad, con múltiples zonas verdes, es sinónimo de descubrir más de un lugar memorable.

La torre Rundetarn (también conocida como la torre redonda) es una edificación construida en el siglo XVII por orden del rey Cristián IV con el objetivo de servir como observatorio astronómico. En la actualidad, es accesible a todo el mundo y, si te atreves a subir las escaleras de caracol que recorren siete vueltas y media antes de llegar a la parte más alta, ofrece una vista panorámica de la capital.

La ciudad está plagada de palacios, cuya opulencia choca con las zonas más anarquistas de la capital, y que dan la sensación de haber salido de una película de Disney. Castillos barrocos, como Christianborg y Rosenborg, con un aire rococó, se alzan como un recuerdo de la riqueza de la monarquía danesa, y son un enclave histórico digno de ver.

3. Los parques de atracciones más antiguos del mundo

Dinamarca inventó prácticamente el concepto de parque de atracciones y uno de los más antiguos de Europa se encuentra justamente en la capital: el Tivoli. Sus inicios se remontan a finales del siglo XIX, cuando el diplomático danés Georg Carstensen convenció al rey Christian VIII de construir el parque con el objetivo de desviar la atención del pueblo de la crisis que padecía el país.

El plan de Carstensen dio un buen resultado y Tivoli termino siendo excesivamente popular, tanto que incluso inspiro a Walt Disney para crear el icónico Disneyland.

El parque cuenta con atracciones de vértigo, no recomendables si no te gustan demasiado las alturas, pero también con edificios que representan construcciones famosas de todas partes del mundo. Al estar el parque dentro de un jardín se puede disfrutar de un paseo alrededor de Tivoli, donde además se suele ver desfilar a los guardas del parque.

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4. Ambiente alternativo

Christiania es el barrio más hippy de Copenhague, bueno para algunos es una república propia que ni siquiera forma parte de la Unión Europea. Este pintoresco lugar se formó cuando la zona, anteriormente militarizada, quedo desocupada en los setenta. Debido a que no se le estaba dando ningún uso por parte del Gobierno, varias familias decidieron instalarse y autogestionar sus viviendas.

Actualmente, los habitantes de Christiania siguen sin pagar impuestos, por lo que encontrar un souvenir para llevarse a casa es mucho más barato. Los principios del barrio basados en la sostenibilidad se alinean sorprendentemente con uno de los puntos fuertes que le ha granjeado a Copenhague su posición como la ciudad más feliz del mundo. Un pequeño aviso, al entrar en el barrio es necesario respetar sus normas, que incluyen no hacerse fotografías en la calle Pusher.

5. Ciudad de cuentos

No se puede hablar de Copenhague sin mencionar a uno de sus escritores más reconocidos. Hans Christian Andersen forma parte indiscutible de la infancia de la mayoría de europeos, famoso por desarrollar unos 160 relatos, entre los que se encuentra Pulgarcita, La Reina de las Nieves (que poco tiene que ver con la versión de Frozen) y, la entrañable Sirenita

Los cuentos de Andersen a menudo entrelazaban un tono conmovedor con lecciones vitales. Muchos de sus escritos no tenían el final de “felices para siempre” que tanto se ha popularizado, pero servían como advertencias y guías de comportamiento, una faceta muy necesaria. Deben de haber calado en la sociedad danesa, que es una de las más cívicas por su enfoque en la seguridad ciudadana y calidad de vida.

En Copenhague se honra la figura del cuentista mediante placas conmemorativas, recuerdos, souvenirs y estatuas. Una visita obligada es la de la obra que representa a la pequeña sirenita, esculpida en bronce. Énfasis en pequeña.

Existen muchos motivos para visitar la ciudad más feliz del mundo, estos son solo unas pocas actividades para mostrar la riqueza cultural danesa. Aunque hay que tener en cuenta un detalle importante, Copenhague es una ciudad con una alta calidad gastronómica y acoge varios restaurantes con estrella Michelin, por lo que tomar un desvío rápido para probar sus especialidades es obligatorio.

Con información de La Vanguardia 

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