Conoce este bosque en Galicia que deslumbra en otoño

Galicia, tierra de verdes infinitos y costas escarpadas, alberga enclaves naturales que parecen extraídos de una cuento. Uno de ellos es un hermoso bosque especialmente cautivador durante el otoño, que ofrece una experiencia visual y sensorial que seduce a quienes lo descubren.

Se trata de Fragas do Eume, un espacio protegido como parque natural desde 1997, situado en la provincia de A Coruña. Este enclave representa uno de los bosques atlánticos de ribera mejor conservados del continente europeo, y su valor ecológico lo convierte en un referente de biodiversidad y conservación.

Según recoge El Mundo, el bosque cuenta con una extensión de 9.000 hectáreas y una población residente inferior a 500 personas, Fragas do Eume mantiene un estado casi intacto. Así lo destaca Turismo de Galicia, subrayando que este entorno sigue el curso del río Eume y constituye un refugio ideal para quienes disfrutan del senderismo, la fotografía de naturaleza y la contemplación de paisajes serenos.

El bosque se despliega en un valle de pronunciadas gargantas, envuelto por una vegetación densa y diversa. Robles, castaños, chopos, fresnos y alisos conforman un manto verde que apenas deja filtrar la luz en algunos tramos.

Con la llegada del otoño, este manto vegetal se transforma en una sinfonía de colores cálidos: rojos intensos, amarillos dorados y ocres suaves que convierten cada sendero en una postal viva.

Durante los meses de octubre y noviembre, Fragas do Eume se viste de gala. El aire fresco, la humedad del río y el crujir de las hojas bajo los pies crean una atmósfera envolvente que invita a la introspección y al disfrute pausado.

Los miradores naturales ofrecen vistas panorámicas que capturan la esencia del otoño gallego: un equilibrio perfecto entre la melancolía del paisaje y la vitalidad de sus colores. 

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Alrededor del valle se levantan abruptas laderas, en algunos puntos de hasta 300 metros de desnivel. El agua, que en diversos puntos cae en forma de cascadas, le añade aún más magia al lugar.

La fauna del parque también es impresionante. En el bosque habitan, entre otros animales, nutrias, corzos, jabalíes y diversas especies de aves. Además, en otoño, los bosques se llenan de setas y frutos silvestres, lo que le añade un atractivo gastronómico para quienes disfrutan recolectando y observando la biodiversidad local.

La mejor forma de conocer el parque es a pie. Cuenta con una extensa red de senderos que permite explorar tanto la ribera del río como los miradores de ensueño que dominan el valle. Destacan los de A Capelada o Pontedeume.

Asimismo, sus rutas permiten descubrir antiguos molinos, puentes de piedra y vestigios de la historia local, como el monasterio de San Xoán de Caaveiro, enclavado en una isla rocosa.

"Todo un monumento de arte románico en plena naturaleza con vistas panorámicas a las frondosas y al cielo", apuntan desde Turismo de Galicia. La entrada es gratuita con visita guiada.

Con información de El Mundo