Perú revocó reducción del área protegida de las Líneas de Nazca tras fuerte rechazo internacional

El Gobierno retrocedió en la decisión de recortar el 40% de la reserva arqueológica de las Líneas de Nazca, una medida criticada por arqueólogos, ambientalistas y la UNESCO

Cultura y OcioYusmary CocciaYusmary Coccia
Lineas de Nazca, figura de colibrí| Foto: Diego Delso / Wikimedia Commons
Lineas de Nazca, figura de colibrí. Foto: Diego Delso / Wikimedia Commons

En un giro inesperado que marca un triunfo para la defensa del patrimonio cultural, el Gobierno peruano anunció este domingo la restitución íntegra del área protegida de las Líneas de Nazca, revocando la polémica resolución que había reducido en 2,400 km² (equivalente al 40% de su extensión total) esta zona declarada Patrimonio Mundial de la Humanidad.  

La medida, publicada en el diario oficial El Peruano y firmada por la viceministra de Patrimonio Cultural, Moira Rosa Novoa, restablece los 5,633 km² originales establecidos en 2004, poniendo fin a una semana de intensas protestas de la comunidad científica y acusaciones de un presunto favorecimiento a intereses mineros.  

El conflicto estalló el 28 de mayo cuando el Ministerio de Cultura, mediante una resolución viceministerial, redujo arbitrariamente el área protegida argumentando "sinceramiento de información técnica tras 20 años de estudios". El ministro Fabricio Valencia defendió inicialmente el recorte, asegurando que no afectaba el estatus UNESCO.  

Sin embargo, arqueólogos peruanos y organizaciones internacionales alertaron que la medida dejaba desprotegidas zonas con potencial arqueológico aún no estudiado y abría la puerta a la minería ilegal, que ya opera con impunidad en la región de Ica.  

Durante una tensa sesión en el Congreso, el ministro Valencia admitió que en el área excluida "se podrían realizar diferentes actividades", lo que generó sospechas. Días después, reconoció la presencia de minería ilegal dentro de la reserva, pero insistió en que el recorte no la fomentaría.  

La versión fue contradicha por el Colegio de Arqueólogos del Perú, cuyo decano, Pieter Van Dalen, calificó de "absurdo" el argumento oficial: "Reducir el área protegida no detiene a los mineros, los incentiva. Es como quitarle el cerco a un museo y decir que así se evitarán robos", declaró a AFP.  

El ministro de Energía y Minas, Jorge Montero, empeoró la crisis al afirmar que en la zona recortada "no hay patrimonio arqueológico", pese a que en 2023 se descubrieron allí 303 nuevos geoglifos mediante inteligencia artificial.  

El excanciller Óscar Maúrtua advirtió que la reducción violaba compromisos internacionales. "Perú firmó convenios para proteger este patrimonio. Si la UNESCO revisa este caso, podríamos entrar a la lista de Patrimonio en Peligro", alertó Maúrtua en RPP.  

La sombra de un escándalo similar al de Machu Picchu (que en 2016 casi pierde su estatus por mala gestión) aceleró la rectificación. Fuentes del Ministerio de Cultura admitieron "presiones de embajadas y la propia UNESCO" tras la ola de críticas.  

La resolución no solo anula el recorte, sino que establece acciones concretas para reforzar la protección del sitio. En primer lugar, se ordena la actualización del plan de gestión de la reserva en un plazo máximo de 10 días. Paralelamente, se dispone la creación de una Unidad Ejecutora especializada para combatir las invasiones y la minería ilegal en la zona.  

Además, se implementará un protocolo de consulta previa obligatoria para cualquier proyecto que pretenda desarrollarse dentro del área protegida, asegurando la participación de las comunidades locales y expertos en la toma de decisiones.  

Creadas hace 2,000 años por la cultura Nazca, estos geoglifos que incluyen figuras como el colibrí, la araña y el astronauta solo son visibles desde el aire. Su importancia científica es incalculable, como demostró el reciente descubrimiento en 2023 de 303 nuevos diseños gracias al trabajo de investigadores japoneses de la Universidad de Yamagata, quienes utilizaron drones y inteligencia artificial para estos hallazgos.  

Expertos como el exdirector del Plan Nazca, Johny Isla, advierten que "si no se frena la minería y el tráfico de terrenos, perderemos para siempre parte de este legado", destacando la urgencia de medidas más efectivas de protección.  

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