Explora túneles y cuevas históricas: una aventura subterránea en Baleares

Desvela el legado oculto de las Islas Baleares. Explora túneles militares en Menorca, cuevas con historia en Mallorca, santuarios en Ibiza y refugios en Formentera, en un viaje fascinante bajo tierra que te revelará una nueva cara del archipiélago

Cultura y Ocio Agencias
Explora túneles y cuevas históricas: una aventura subterránea en Baleares
Explora túneles y cuevas históricas: una aventura subterránea en Baleares

Las Islas Baleares no se definen únicamente por sus aguas turquesas y paisajes soleados. Bajo su superficie se extiende un universo subterráneo cargado de historia, formado por estructuras excavadas que revelan episodios poco conocidos del archipiélago.

Desde cuevas naturales de difícil acceso hasta túneles defensivos en fortalezas costeras, pasando por pasadizos en antiguos monasterios y refugios bélicos, este entramado oculto constituye una dimensión histórica que complementa el paisaje visible.

La ubicación estratégica de Menorca en el Mediterráneo la convirtió durante siglos en un punto de interés geopolítico para británicos, franceses y españoles. Esta pugna por el control territorial dejó una huella profunda en su arquitectura militar, gran parte de la cual se desarrolló bajo el nivel del suelo.

Uno de los ejemplos más destacados se encuentra en la entrada del puerto de Mahón, donde el Castillo de San Felipe alberga una de las redes de túneles militares más amplias de las Baleares. Esta fortificación, erigida en el siglo XVI y posteriormente ampliada por los británicos en el XVIII, llegó a contar con más de 7 kilómetros de galerías subterráneas diseñadas para resistir ofensivas, almacenar provisiones y ocultar tropas.

Actualmente, es posible recorrer estos pasadizos mediante visitas guiadas que ofrecen una visión detallada de la vida y la estrategia militar en estos espacios ocultos.

A escasa distancia, en la península de La Mola, se levanta la Fortaleza de Isabel II —también conocida como Castillo de La Mola—, que complementa el legado defensivo de la isla. Aunque su diseño se desarrolla principalmente en superficie, incorpora túneles, refugios y galerías excavadas en la roca que permitían desplazamientos rápidos hacia puntos clave sin ser detectados desde el mar.

Aunque nunca fue escenario de combate, esta construcción refleja el esfuerzo por salvaguardar uno de los puertos naturales más relevantes de Europa.

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Pero Menorca también sorprende con su patrimonio geológico. La Cova de s'Aigua, en Cala Blanca (Ciutadella), combina arqueología, paisaje y misterio. Oculta bajo una urbanización residencial, esta cavidad natural alberga un lago interior de agua cristalina, con 60 metros de largo y más de 5.000 años de historia. Fue utilizada por distintas culturas como lugar de enterramiento, santuario o almacén.

Cuevas en Mallorca

Mallorca concentra algunas de las cuevas más visitadas del Mediterráneo, como las del Drach o las de Artà, pero también guarda espacios menos conocidos que muestran una faceta más íntima del subsuelo balear.

Entre ellas destacan las Cuevas de Campanet, descubiertas en 1945 por casualidad al excavar un pozo en una finca rural. A diferencia de otras cuevas más escenográficas, Campanet ofrece un recorrido silencioso entre estalactitas, columnas y cortinas de piedra, en un entorno más natural y alejado de la masificación. La temperatura constante, la iluminación suave y la integración paisajística hacen que la experiencia sea especialmente atractiva.

Además, la historia monástica de Mallorca también se proyecta bajo tierra. En santuarios como el Monasterio de Lluc, en plena Serra de Tramuntana, o el Santuario de Cura, en la cima del Puig de Randa, existen estancias subterráneas, pasadizos y criptas que fueron utilizados durante siglos para fines espirituales, de almacenaje o incluso como rutas de huida en tiempos convulsos.

Cuevas históricas

En Ibiza, el paisaje subterráneo no está marcado por lo militar, sino por lo espiritual. La Cova des Culleram, ubicada en el norte de la isla, fue un santuario activo durante los siglos V a.C. al II d.C., dedicado a la diosa Tanit.

Descubierta en 1907, contenía más de 600 figuras votivas de terracota, lo que confirma su relevancia religiosa dentro del mundo púnico-cartaginés. Hoy puede visitarse, aunque con acceso limitado, y sigue siendo uno de los yacimientos arqueológicos más relevantes de la isla.

También existen otras cuevas menores, como las de Es Vedrà o Sant Vicent, que han estado vinculadas a leyendas, refugios ocasionales o usos ganaderos, y que forman parte del imaginario local ibicenco.

Formentera, por su tamaño y geología, no cuenta con grandes infraestructuras subterráneas, pero sí conserva pequeñas cuevas costeras y refugios de piedra seca utilizados por pescadores o pastores. Un ejemplo singular es la Cova Foradada, una pequeña cueva junto al mar en la zona de Punta Rasa que ha sido durante generaciones un lugar de resguardo o contemplación para quienes recorrían la costa.

También destacan espacios como la Cova d'en Xeroni, en la zona de Es Cap de Barbaria, de acceso más complejo, pero con vistas impresionantes, o pequeñas cuevas junto al Camí de Sa Pujada, que forman parte del paisaje tradicional de la isla.

Estos espacios subterráneos completan la historia de Baleares, revelando un legado oculto. Explorar estas huellas permite comprender mejor cómo las islas han evolucionado, mostrando la relación entre sus paisajes visibles y su pasado más profundo.

Con información de Europa Press 

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