Ley marcial: qué es, cómo funciona y qué implica el giro de 180 grados del presidente de Corea del Sur

El reciente decreto del presidente Yoon Suk Yeol se fundamentó en este marco legal, con el objetivo de "erradicar las fuerzas afines a Corea del Norte" que supuestamente ponían en peligro la estabilidad del país

Internacionales Agencias
Yoon Suk Yeol presidente Corea del Sur | Europa Press
Foto: Europa Press

El presidente de Corea del Sur ha abierto este martes una crisis política al declarar la ley marcial por primera vez en más de cuatro décadas y revertirla en menos de 24 horas. Este giro ha desatado un intenso debate político y social en el país, generando interrogantes sobre qué implica realmente esta medida y por qué se tomó.

¿Qué es la ley marcial?

La ley marcial es una medida extraordinaria en la que las fuerzas armadas asumen el control administrativo y de seguridad en situaciones de grave emergencia, como conflictos internos, guerras o crisis nacionales, con el objetivo de restablecer el orden.

En Corea del Sur, el artículo 77 de la Constitución regula los principios bajo los cuales puede implementarse esta medida. Este precepto otorga al presidente la facultad de proclamar la ley marcial "cuando sea necesario hacer frente a una necesidad militar o mantener la seguridad y el orden públicos". Dicha normativa distingue entre la ley marcial extraordinaria, que contempla restricciones más severas sobre libertades y poderes civiles, y la ley marcial precautoria, de aplicación más limitada. Además, cualquier proclamación de ley marcial debe notificarse de inmediato a la Asamblea Nacional, que puede exigir su levantamiento mediante una mayoría de votos.

El reciente decreto del presidente Yoon Suk Yeol se fundamentó en este marco legal, con el objetivo de "erradicar las fuerzas afines a Corea del Norte" que supuestamente ponían en peligro la estabilidad del país. Las medidas incluyeron restricciones como la prohibición de protestas y manifestaciones y la limitación de libertades fundamentales, así como la estrecha vigilancia de los medios de comunicación, marcando un punto de inflexión en la política surcoreana, ya que esta normativa no se aplicaba desde la década de 1980.

Este modelo, que ha sido empleado en otros países durante crisis, genera controversias en democracias consolidadas como Corea del Sur, debido a su impacto en los derechos fundamentales y el equilibrio de poderes.

El giro de 180 grados del presidente Yoon 

El presidente Yoon Suk Yeol sorprendió este martes al anunciar la declaración de la ley marcial en un discurso a la nación. Durante su intervención, acusó a la oposición de mantener vínculos ideológicos con el régimen de Corea del Norte, en un contexto marcado por tensiones políticas tras la aprobación de una medida presupuestaria impulsada por la oposición y la presentación de mociones de destitución contra varios altos cargos del gobierno.

Horas después, Yoon aceptó levantar la medida tras el rechazo de la Asamblea Nacional, que se opuso de manera contundente al decreto presidencial. En un discurso desde la residencia presidencial en Yongsan, Seúl, el mandatario declaró: "He aceptado la decisión tomada por la Asamblea Nacional de disolver y levantar la ley marcial", según recogió la agencia de noticias Yonhap.

La oposición calificó el decreto de "caótico" y criticó duramente la decisión de instaurar y revocar la ley marcial en tan corto plazo. Además, amenazó con impulsar un proceso de destitución contra el presidente si este no presentaba su dimisión.

Yoon justificó su marcha atrás argumentando que las circunstancias no requerían mantener la ley marcial. Sin embargo, la oposición señaló que el episodio refleja una gestión "improvisada" y carente de consenso, lo que ha colocado al presidente en una situación política especialmente delicada.

Repercusiones dentro y fuera 

La declaración y posterior reversión de la ley marcial en Corea del Sur plantea interrogantes sobre el uso de medidas excepcionales en democracias modernas. Dentro del país, la oposición ha exigido explicaciones claras y continúa evaluando posibles acciones legales contra el gobierno. A nivel internacional, el caso surcoreano se suma a un debate global sobre los límites entre seguridad y derechos civiles en tiempos de crisis.

Con información de Europa Press 

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