Histórico hallazgo: detectan señal de radio desde el 3I/ATLAS

Astrónomos detectan por primera vez una señal de radio en un objeto interestelar: 3I/ATLAS

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3I-ATLAS-senal-radio-espacio-interestelar|National Geographic España/Wikimedia
3I-ATLAS-senal-radio-espacio-interestelar|National Geographic España/WikimediaAstrónomos detectan por primera vez una señal de radio en un objeto interestelar: 3I/ATLAS

En octubre de 2025, un objeto procedente de los límites del espacio interestelar cruzó fugazmente nuestro sistema solar y dejó tras de sí un rastro sorprendente: una señal en radiofrecuencia captada mientras se aproximaba al Sol.

Se trata de 3I/ATLAS, el tercer cuerpo identificado con trayectoria inequívocamente interestelar después de 1I/‘Oumuamua y 2I/Borisov. Sin embargo, a diferencia de sus predecesores, este visitante cósmico ha ofrecido un hallazgo inédito: una señal de radio registrada con nitidez que sugiere la presencia de una envoltura rica en compuestos volátiles.  

De acuerdo con una publicación de National Geographic España, la detección fue anunciada por un equipo internacional de astrónomos de Sudáfrica y Suecia, quienes lograron captar la señal el 24 de octubre gracias a la alta sensibilidad del radiotelescopio MeerKAT.

El registro corresponde a líneas de absorción en las frecuencias de 1665 y 1667 MHz, asociadas al radical OH, un subproducto habitual del agua en cometas.  

La observación se realizó cuando el objeto se encontraba a tan solo 3,76 grados del Sol, una configuración especialmente compleja debido a la interferencia solar y a la geometría de visión desde la Tierra. Este resultado no fue sencillo de obtener: los intentos previos, realizados en septiembre del mismo año, no habían conseguido detectar ninguna señal.  

Pero en octubre, justo antes del perihelio (el punto de máximo acercamiento al Sol, que 3I/ATLAS alcanzó el 29 de ese mes), el OH comenzó a absorber parte de la radiación de fondo, dejando su impronta en el espectro captado por MeerKAT.

Los datos muestran un corrimiento Doppler de las líneas, exactamente en la dirección y magnitud esperadas para un objeto desplazándose a más de 68 kilómetros por segundo respecto al Sol.

El cometa Lemmon|Foto: CNN/Zwicky Transient Facility/Observatorio Palomar/Instituto Tecnológico de California/Quanzhi YeDos cometas recién descubiertos se acercan a la Tierra en octubre

Los resultados revelan que el OH se detectó con una señal clara, aunque tenue: los picos de absorción no solo confirman la presencia de vapor de agua en su coma (la envoltura gaseosa que rodea al núcleo), sino que sitúa a 3I/ATLAS firmemente dentro del comportamiento típico de cometas activos, a pesar de su procedencia galáctica.

No es un objeto artificial

Aunque ha habido cierta expectación pública ante la posibilidad de que este tipo de objetos puedan tener un origen artificial o insólito (una narrativa que ganó fuerza con 'Oumuamua y su forma alargada y su comportamiento no gravitacional), los datos reunidos hasta ahora para 3I/ATLAS pintan un cuadro más convencional. 

Las observaciones del telescopio espacial Hubble y del James Webb revelan una coma moderada, una cola orientada en dirección antisolar y una producción controlada de gases como cianuro de hidrógeno, que encajan con las propiedades físicas esperadas de un cometa helado.

Este cuerpo, detectado por primera vez el 1 de julio de 2025, ha sido objeto de un seguimiento exhaustivo desde múltiples observatorios terrestres y espaciales. A medida que se alejaba del Sol tras el perihelio, las condiciones para nuevas observaciones mejoraban progresivamente, ofreciendo nuevas ventanas para explorar su composición mediante diferentes técnicas espectroscópicas, incluida la radioastronomía de baja frecuencia. 

La detección de líneas OH abre la puerta a nuevas campañas que podrían estudiar no solo su actividad, sino la interacción de su coma con el entorno solar y su respuesta a la radiación y al viento solar.

Más allá del valor técnico de la observación, esta detección representa un cambio de paradigma: por primera vez, un objeto interestelar no solo ha sido captado ópticamente, sino que también ha dejado un rastro radioeléctrico inequívoco, el tipo de señal que permite a los astrónomos investigar los procesos químicos activos en tiempo real.

Esta huella radioeléctrica no solo confirma su condición de cometa activo, sino que inaugura una nueva forma de estudiar cuerpos errantes provenientes de otras estrellas.

Con información de National Geographic España 

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