Conoce los destinos más primaverales de Europa

El diario La Vanguardia ha realizado una recopilación de esos jardines de Europa en donde se vive la primavera con más intensidad

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Los destinos más primaverales de Europa
Los destinos más primaverales de Europa

La primavera llega y hay algo en esta estación del año que hace que cambie el humor; quizás son las coloridas flores en su absoluto esplendor, desbordando sus aromas, o el clima, que mejora con temperaturas acordes con la temporada.

Sin dejar de lado el hecho de que ya no hay pesados abrigos y que los días son más largos, todo parece confabular a favor de la serenidad y la alegría, que hasta parece hacer florecer a las personas también.

En esta época en particular, la primavera tiene destinos que se convierten en los más espectaculares escenarios de la naturaleza.

Desde los valles cubiertos de cerezos en España hasta los castillos rodeados de viñedos en Francia, pasando por lagos cristalinos y colinas tapizadas de amapolas, cada fascinante enclave tiene su propia manera de celebrar esta estación.

El diario La Vanguardia ha realizado una recopilación de esos sitios en donde se vive la primavera con más intensidad.

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Jardines de Claude Monet (Giverny, Francia)

Los jardines de Giverny son un oasis de flores y estanques, con pérgolas a las que abrazan las trepadoras que alguna vez eligió Claude Monet.

Este lugar sirvió no solo de hogar para el impresionista, sino de musa para algunas de sus más icónicas obras como Camino en el jardín de Monet en Giverny, El Jardín del Artista en Giverny, y la serie Los Nenúfares.

Cuando Monet se instaló en Giverny en 1883, dedicó décadas a transformar sus jardines en un espacio que reflejara su amor por la naturaleza y la luz. Creó un rincón de colores con puentes japoneses, estanques de nenúfares y caminos llenos de flores.

Visitar Giverny en primavera es como entrar a un lienzo del artista, una actividad perfecta para quienes quieran combinar arte y naturaleza a una hora y media en tren de París.

Parque nacional de los Lagos de Plitvice (Croacia)

Aquí la primavera se traduce en cascadas, lagos esmeralda y una naturaleza exuberante. Este increíble ecosistema es famoso por sus 16 lagos encadenados y sus más de 90 saltos de agua.

Los caminos y las rutas de senderismo rodean y atraviesan las aguas con puentes de madera facilitando su recorrido. En primavera, alcanzan su máximo caudal gracias al deshielo, que produce un espectáculo de espumas rodeado de un bosque exuberante.

La leyenda local cuenta que estos lagos fueron creados por la “Reina Negra”, un espíritu mágico que trajo el agua a la región tras una gran sequía. Se dice que sus lágrimas fueron las primeras gotas que dieron origen a los lagos. Esta joya natural está protegida como patrimonio de la humanidad por la Unesco, siendo el parque nacional más antiguo de Croacia.

Keukenhof (Países Bajos)

Si hay un lugar que no podía faltar en esta lista son los jardines de Keukenhof, al que no en vano, se les conoce también como “el jardín de Europa”.

Aquí la primavera cobra vida convirtiendo los campos en verdaderos mosaicos de flores. Está ubicado en Lisse, a pocos kilómetros de Amsterdam, y alberga más de siete millones de flores, con una asombrosa variedad de tulipanes, narcisos, jacintos y otras especies.

El origen de Keukenhof se remonta al siglo XV, cuando formaba parte del jardín de la condesa Jacqueline de Baviera. Su nombre significa “jardín de la cocina”, ya que en esas tierras se cultivaban hierbas y vegetales para el castillo.

A mediados del siglo XX, los terrenos fueron cedidos a un grupo de horticultores que convirtieron el jardín en una de las mayores atracciones del país, con más de 1,4 millones de visitantes al año. En 2025, el parque estará abierto hasta el 11 de mayo.

Lago de Como (Italia)

El lago de Como, enclavado entre las montañas de los Alpes italianos, es un destino que alcanza su máximo esplendor en primavera.

Sus aguas reflejan los cielos despejados, mientras que los jardines de las villas históricas, como Villa Carlotta y Villa Balbianello, se cubren de magnolias, azaleas y camelias, creando un ambiente romántico incomparable.

Desde la época romana, este lugar ha sido un refugio para la aristocracia y, en tiempos modernos, sigue atrayendo a celebridades y personalidades del mundo del arte y la moda.

Madonna es una de las famosas que se han rendido ante los encantos del lago de Como, o George Clooney, por ejemplo, que posee una villa en la orilla oeste del lago y lo ha descrito como su “lugar feliz”.

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Toscana (Italia)

Si la primavera tuviera un cuadro que la representara, seguramente sería una escena de la Toscana. Colinas ondulantes cubiertas de viñedos, cipreses centenarios como largas pinceladas y campos de amapolas rojas salpicando la tierra.

Además de sus paisajes, la Toscana en primavera es ideal para explorar su famosa ruta del vino y degustar un Chianti classico mientras se recorren pequeños pueblos medievales como San Gimignano y Montepulciano.

No es de extrañar que, durante el Renacimiento, los artistas florentinos se inspiraran en la primavera toscana para pintar sus paisajes. Incluso Leonardo da Vinci, que solía pasear por estos campos, dejó plasmados en sus obras la brillante luz, los ondulantes viñedos con cipreses y sus olivos centenarios.

Valle del Jerte (España)

Sin ni siquiera salir de España, nos encontramos con este auténtico espectáculo de la primavera. Más de un millón y medio de cerezos en flor visten de un blanco impoluto el valle del Jerte, como si una nevada de flores cubriera el paisaje de Extremadura.

El cultivo del cerezo en esta zona se remonta a la época medieval, cuando los musulmanes introdujeron técnicas avanzadas de irrigación que permitieron la expansión de estos árboles.

En la actualidad, el valle no solo es famoso por su floración, sino también por la calidad de sus cerezas, consideradas de las mejores de Europa.

Esta celebración de la naturaleza es tan especial que incluso tiene su propia fiesta, la Fiesta del Cerezo en Flor, con una gran variedad de actividades que van desde lo cultural a lo gastronómico. Este año, las actividades se prolongan hasta el 3 mayo, culminando con la “lluvia de pétalos”.

Valle del Loira (Francia)

El valle del Loira se despliega como un cuento de hadas, con sus paisajes idílicos, viñedos vestidos de hojas nuevas y majestuosos castillos reflejándose en las aguas del Loira. Esta región, conocida como el “jardín de Francia”, se ha ganado el nombre por sus exquisitos campos de flores y por su papel histórico como epicentro de elegancia.

Durante el Renacimiento, los reyes franceses eligieron esta región como su refugio campestre, construyendo castillos rodeados de jardines diseñados con precisión geométrica.

Entre los más emblemáticos destacan Chambord, con su impresionante estructura inspirada en Da Vinci, y Chenonceau, el “castillo de las damas”, cuyo jardín de flores suaviza la imponente silueta del palacio.

En el siglo XVI, los reyes franceses celebraban la llegada de la primavera con fastuosos banquetes en los jardines del Loira, donde servían platos decorados con flores comestibles. Hoy en día, los restaurantes de la región siguen esta tradición, incorporando flores como violetas y capuchinas en sus platos. 

Con información de La Vanguardia 

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