Cuidado con el enemigo en casa: La humedad

Nada como tener una casa en perfectas condiciones, este es el sueño de muchos. Sin embargo, hay agentes ambientales que suelen ocasionar detrimentos dentro del hogar de manera espontánea y natural.

Uno de los principales enemigos para las paredes de los inmueble es la humedad. Se trata de una medida del ambiente que permite determinar la cantidad de vapor presente en el aire de un espacio. Su origen es natural, ya que procede de la evaporación de los cuerpos de agua, pasando a formar parte del ciclo hidrológico.

Esta ocasiona desde manchas difíciles de eliminar, que afectan la estética del diseño, hasta desgaste estructural que puede concluir con la perdida parcial o total del inmueble.

Más allá del tema estético, la humedad suele causar vapor y, al concentrarse en espacios cerrados, influye en la temperatura interna y la condición del aire, afectando a quienes lo inhalan. Como resultado, surgen enfermedades y la salud se deteriora.

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Para evitarlo, es necesario controlar sus niveles en interiores, ya que las concentraciones altas de humedad generan daños estructurales y las concentraciones bajas repercuten en la salud de las personas.

¿Cuál es el nivel apropiado de humedad?

Muchas personas consideran que la humedad se puede erradicar del interior de una casa. Nada más alejado de la realidad, ya que esto sucede constantemente de forma espontánea.

Lo que realmente conviene es mantener en equilibrio los niveles de humedad. Los expertos indican que el porcentaje recomendable es de 30% a 60% de humedad dentro del ambiente.

De acuerdo al nivel presentado, la humedad puede causar los siguientes problemas:

Concentraciones altas 

Con niveles altos surge el moho, característico por ser una película gruesa y verde sobre las paredes, la cual ocasiona proliferación de bacterias que se cuelan en el ambiente.

Los niveles elevados de humedad ocasionan que el aire se torne denso, por lo que su inhalación puede resultar dificultosa para aquellas personas que tienen problemas respiratorios, acrecentando los malestares propios de su patología.

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Además, se crea el ambiente ideal para la existencia de ácaros, pequeños intrusos que se adhieren los telares y ocasionan molestas picaduras, como también problemas de índole respiratoria.

Concentraciones bajas 

Cuando esto sucede, la piel es la primera en evidenciar molestias, las personas suelen presentar purito, aparecen los eccemas y la dermis comienza a deshidratarse. Los ambientes con baja humedad también propician la aparición y concentración de diversos virus.

Por otra parte, se ha demostrado en estudios de campo que un interior con bajos niveles de humedad ocasiona malestar que afecta la concentración y retentiva de la persona.

¿Cómo evitar los efectos negativos de la humedad?

Para preservar los niveles adecuados de humedad dentro del hogar se recomienda llevar a cabo una serie de actividades sencillas y rutinarias, que ayudan a equilibrar las condiciones ambientales en el interior:

• Ventilar el interior de la casa: Para ello, procura mantener abiertas las ventanas e incluso la puerta, por un lapso de 10 a 20 minutos, para que el aire pase al interior y pueda circular dentro del mismo.
• Cuando te encuentres en la cocina, no permitas que el vapor de las ollas se concentre en la instancia. Al contrario, coloca en funcionamiento el extractor para que este elimine el vapor de lugar.
• Al llegar la temporada de invierno, procura mantener unos niveles óptimos de calefacción, colocando el artefacto en una temperatura inferior de 21° en el día. Mientras que, durante las noches, lo recomendable es 17°.

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• A la hora del baño, no mantengas la puerta cerrada, esto ocasiona que la humedad de la ducha se concentre en dicha instancia, y posteriormente se disipe en todo el interior de la casa. Por ello, cuando te duches, procura mantener la puerta abierta.

Recuerda, también, que es importante mantener el baño seco para evitar el aumento de la humedad.

• Mantén los filtros del aire acondicionado aseados, a fin de que estos puedan cumplir bien su función y limpiar el aire que circula en el interior de la casa.
• Permite que el sol ingrese a tu casa, de esta manera, podrás contrarrestar los altos niveles de humedad. La energía solar es un mecanismo eficiente para que la humedad se mantenga a nivel óptimo.