Pertenencias del director David Lynch alcanzaron cifras récord en última subasta

La casa Julien’s Auctions, especializada en memorabilia de Hollywood, logró recaudar 4,25 millones de dólares en la subasta de objetos personales del fallecido director de cine, guionista y actor David Lynch. 

La subasta, celebrada en el exclusivo Hotel Peninsula de Beverly Hills, reunió a decenas de asistentes en la sala y a cientos más conectados en línea. Entre los más de 400 lotes ofrecidos, destacaron no solo piezas vinculadas a las películas y series del director, sino también objetos de su vida cotidiana que, de manera inesperada, alcanzaron valores altos.  

Uno de los articulos vendidos fue la cafetera Marzocco, la misma que Lynch utilizaba para preparar sus espressos. Aunque los expertos estimaban que no superaría los 3.000 dólares, la puja se disparó hasta los 35.000 dólares, un precio que, sumando impuestos, ascendió a más de 45.000 dólares. No fue el único objeto relacionado con su ritual cafetero en alcanzar cifras desorbitadas: un molinillo de café se vendió por 8.000 dólares, y una sencilla taza de cerámica inspirada en Twin Peaks, creada por una fan, alcanzó los 9.000 dólares.  

Entre las piezas más icónicas de la subasta destacó la silla de director de cuero rojo con el nombre de Lynch bordado en el respaldo. Este mueble, que había sido exhibido en diversos lugares emblemáticos de Los Ángeles antes de la venta, se convirtió en uno de los lotes más codiciados. Partiendo de una estimación inicial de 5.000 dólares, las pujas no dejaron de escalar hasta cerrarse en 70.000 dólares, lo que, con los cargos adicionales, significó un desembolso final de 91.000 dólares para el comprador.  

Sin embargo, los artículos más codiciados y aquellos que se vendieron a un mayor peso en la subasta fueron los guiones originales del director. El proyecto inacabado Ronnie Rocket, un filme de 1991 que nunca llegó a realizarse, se alzó como uno de los lotes más caros de la jornada. El manuscrito, compuesto por 11 pequeños guiones, comenzó con una puja inicial de apenas 50 dólares, pero en cuestión de minutos superó los 100.000 dólares, cerrándose finalmente en 150.000 dólares, una cifra que se elevó a 195.000 con los impuestos incluidos. Algo similar ocurrió con el guión de Lost Highway (1997), que también alcanzó los 150.000 dólares, o el de Mulholland Drive, vendido en 104.000 dólares.  

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Apenas seis meses después de la muerte de Lynch, algunos sectores han cuestionado si la familia actuó con precipitación al deshacerse de tantos objetos personales en un plazo tan corto. No obstante, los organizadores de la subasta han defendido la decisión, explicando que la venta formaba parte de un plan establecido desde hace tiempo. Roy Parker, especialista en cultura pop de Julien’s Auctions, aseguró que la familia Lynch conservó una selección de archivos para un proyecto futuro, pero que esta subasta representaba una oportunidad única para los coleccionistas.  

"El interés ha sido abrumador precisamente porque el evento ocurre en un momento tan cercano a su fallecimiento", explicó Parker. "La gente siente que está adquiriendo algo verdaderamente auténtico, un vínculo directo con el genio creativo de Lynch". Además, desde el punto de vista fiscal, la venta dentro del primer año tras la muerte del artista supuso ciertas ventajas para los herederos.