La peligrosa práctica de la tanatopraxia

La palabra está compuesta por el griego “thanatos” que significa muerte y “praxis” que significa práctica, con base en esto, la tanatopraxia consiste en todas aquellas prácticas relacionadas con la muerte

Cultura y Ocio Moisés Briceño

Ante la presencia de la muerte, resulta necesaria una última despedida lo más agradable posible con el occiso. El objetivo principal de la tanatopraxia es lograr que el aspecto del cadáver sea alejado de la tensión de, por ejemplo, un infarto. Se realiza acompañado de varios procesos, pero la finalidad es la misma: ofrecerles a los familiares el mejor último recuerdo posible del fallecido.

La tanatopraxia ha sido tan demandada que hoy día es una carrera profesional muy respetada. Para comprender mejor su significado, basta conocer su etimología. La palabra está compuesta por el griego “thanatos” que significa muerte y “praxis” que significa práctica. Con base en esto, la tanatopraxia consiste en todas aquellas prácticas relacionadas con la muerte; son labores realizadas en lugares acondicionadas de forma correcta, normalmente ubicados dentro de tanatorios. 

El tanatopractor es el profesional encargado de realizar este trabajo. Tiene conocimientos especializados en medicina forense, psicología y estética y su objetivo principal se basa en la dignificación de la muerte de una persona. Sus labores son amplias en todo el proceso para la restauración de la imagen más natural del cuerpo, entre los cuales se encuentra:

1-      Higienizar el cadáver: debe deshacerse de las bacterias porque así se evita la putrefacción a corto plazo. Su principal enemigo si desea un velatorio grato para los seres allegados.

2-      Si la persona fallecida tiene prótesis, debe extraerlas, de esta manera se continúa evitando la contaminación.

3-      Usa productos biocidas, que son mezclas conformadas por varias sustancias usadas para repeler o neutralizar organismos infecciosos, para lograr un correcto embalsamiento del cuerpo.

4-      Mediante saturación y recomposición médica persigue la mejor restauración del cadáver. Cuidando siempre de esconder las señas de enfermedades o accidentes.

5-      Al culminar debe vestir al occiso.

¿Cuáles son los peligros de la tanatopraxia?

Al estar tan estrechamente relacionada con la muerte, el peligro recae en la exposición del profesional tanatopractor con agentes contaminantes de cualquier tipo: biológicos, químicos y físicos. Adicional a esto, está la inmensa carga de responsabilidad, además del posible juicio social. 

La tanatopraxia ha sido estudiada por su alta relación con el peligro, en Colombia existe un trabajo de investigación publicado por la Facultad de Salud de la Universidad Surcolombiana, por Salinas y Ordoñez en 2008, titulado: "Factores de riesgo a los que están expuestos los tanatólogos de las funerarias de la ciudad de Neiva 2007", desde su introducción destaca la gran cantidad de riesgos que consideran a los que se arriesga el tanatopractor: riesgo químico, locativo, ergonómico, biológico, psicolaboral, eléctrico.

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Más adelante, en este mismo trabajo de investigación, basados en los resultados obtenidos en el área donde realizaron el estudio, se rescata las siguientes recomendaciones para cada uno de los riesgos mencionados:

1-      Riesgo locativos: el lugar debe ser amplio para que no entorpezca el proceso del tanatopractor. De esta manera, estará apto para cuando la demanda suba. Debe haber un orden en los instrumentos, herramientas y elementos de protección personal. Debe ser un lugar higiénico. 

2-      Riesgos ergonómicos: al momento de lidiar con el cadáver, las posturas deben ser las correctas para que a la larga no haya accidentes.

3-      Riesgos químicos: deben usarse los equipos de protección adecuados incluso para lidiar el formol o el hipoclorito, que son de uso diario en esta labor.

4-      Riesgos físicos: al tratarse con procesos médicos como la saturación, resulta necesaria una buena iluminación. Del mismo modo, la ventilación es un factor importante.

5-      Riesgos psicolaboral: debe haber turnos.

6-      Riesgos biológicos: la preparación de los cuerpos conlleva el lidiar con líquidos corporales como la sangre, heces, contenido pulmonar y otros, los cuales son drenados con el fin de mantener la conservación.

Sin embargo, el tanatopractor no es el único ente expuesto a los riesgos de la tanatopraxia. El medio ambiente también corre este peligro: ¿Por qué? Porque el proceso de restauración de un cadáver conlleva la producción de desechos químicos, que son eliminados mediante la incineración o el lavado.

En Colombia, un informe sobre “la gestión integral de residuos sólidos peligrosos y el cumplimiento de normas de bioseguridad en laboratorios de tanatopraxia” (Prevención, 2014) presentó cifras alarmantes. Esta información fue rescatada de un ensayo de la Universidad Militar de Nueva Granada, titulado “Riesgos laborales asociados a la tanatopraxia en la disposición final de residuos sanitarios”:

“Se cuantificaron 1.079 kilogramos de desechos, de los cuales 719 kilogramos fueron de residuo biosanitario, 299 kilogramos de residuo anatomopatológico y 61 kilogramos de residuo químico".

 tanatopraxia 1Foto: Pixabay

Recomendaciones para una tanatopraxia no contaminante ni peligrosa

El profesional dedicado a la tanatopraxia obligatoriamente debe estar vacunado contra todas las patologías a las que puede estar expuesto, por ejemplo, tétano, fiebre amarilla y hepatitis. Debe tener máximo cuidado de no tener heridas abiertas, y, en caso de tenerlas, evitar el contacto directo con fluidos corporales contaminantes.

Las condiciones del lugar de trabajo deben ser los más aptas posibles, reguladas correctamente por el Ministerio de Salud del país porque puede, en una mala praxis, no solo enfermar a los profesionales y desarrollar una epidemia, sino también contaminar el medioambiente. Debe promoverse esta cultura de prevención de la contaminación no solo en los profesionales, sino en los propietarios de este tipo de empresas y cualquier otra, con el fin de mejorar la reputación de la organización y además hacer del mundo un lugar mejor.

Si bien es cierto que desde el inicio de la historia del ser humano siempre ha existido la costumbre de conservar los cadáveres en distintas religiones o por distintos motivos, la persecución de este hecho no debería poner en peligro ni a los profesionales ni al medioambiente. El luto, el dolor, ciertamente solo quienes lo padecen son los que tienen el derecho a decidir cómo lidiar con ello, cómo hacerle un honor a su pérdida. Pero resulta necesario tomar consciencia sobre lo que se arriesga, por un último adiós. 

La proliferación del covid-19, por dar un ejemplo, también se inició por una costumbre de una cultura en particular: ¿Fue necesario la pandemia, las muertes consecuentes, la cuarentena mundial, para aprender que esa costumbre no era sana? A veces, hay que desligarse de la cultura a la que se pertenece para velar, con criterio, por la mejor decisión que cuide a todos. La muerte es trágica, pero los buenos recuerdos no mueren.

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