Los únicos países de Europa con uso de energía 100% renovables

Al utilizar estas fuentes de energía renovable, se contribuye a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, disminuyendo así el impacto del cambio climático

Actualidad Moisés Briceño

Las energías renovables son fundamentales para el cuidado del medioambiente. Su importancia radica en que provienen de fuentes naturales que son inagotables, como la luz solar, el viento, el agua y la biomasa.

Al utilizar estas fuentes de energía, se contribuye a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, disminuyendo así el impacto del cambio climático. Además, promueven la independencia energética y la creación de empleo en el sector.

Estos son los únicos países de Europa con uso de energía 100% renovable:

Islandia

“Hoy en día, casi 100% de la electricidad consumida en este pequeño país de 330.000 habitantes proviene de energía renovable”, se lee en la introducción de un artículo publicado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) titulado “La historia de la energía sostenible en Islandia: ¿un modelo para el mundo?”, realizado por Halla Logadóttir, directora de la Escuela Islandesa de Energía de la Universidad de Reykjavik. En este informe se documenta que nueve de cada 10 viviendas son calentadas por energía geotérmica.

La autora pretende, al plantear el ejemplo de Islandia al reemplazar la producción de energía con combustibles fósiles hacia las energías renovables, ser una inspiración para que se sumen más países y gobiernos hacia esta iniciativa. En un inicio, en los años 70 este país solamente usaba el combustible fósil para alimentar de energía a sus habitantes, que además era un material importado.

Fue en el siglo XX que se empezó la producción hidroeléctrica con unos pocos megavatios. No hay que confundirse, Logadóttir indica que el interés “repentino” hacia las energías renovables no fue para combatir la contaminación ambiental, sino que fue vista como una estrategia de negocio muy útil debido a lo variable que es el precio del petróleo.

Hay que tener en cuenta también su ubicación apartada, cercana al círculo polar ártico, por lo que era necesaria una producción de energía autosustentable y viable. Los pioneros en apostar por este tipo de energía fueron empresarios locales. Se tiene el ejemplo de un granjero que, en el siglo XX, logró aprovechar el agua caliente que emergía del suelo para crear una calefacción “primitiva” para su granja.

Con el paso del tiempo se fue mejorando este invento, evolucionando la tecnología de cada proceso del mismo hasta lograr la perforación más profunda para extraer agua caliente y de esta manera, disponerla para acalorar más casas y edificaciones de los habitantes. Escaló a tal nivel que se implantaron sistemas geotérmicos para ciudades, de manera comercial.

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De la misma manera, se empezó la exploración en la producción hidroeléctrica, también desarrollada en sus principios por “granjeros laboriosos” como dice la autora, que se organizaban para cuidar las granjas. Esto hizo que existieran diversos sistemas de energía autónomos por todo el país, tanto así que para 1950 se contabilizaban 530 centrales hidroeléctricas de este tipo.

El impacto fue tomado en cuenta por el Gobierno de Islandia, que creó un fondo que prestó dinero para avanzar aún más en las investigaciones geotérmicas. Esta nueva red de energía geotérmica estaba respaldada por un marco jurídico que hizo llamativo para los habitantes y sus hogares incluirse en este consumo responsable, dejando a un lado los combustibles fósiles.

Paralelo a esto, el país no dejó a un lado la producción de energía hidroeléctrica. En este caso la intención era atraer inversores extranjeros, que quisieran experimentar en Islandia en este campo, de esta manera se creó empleo y al mismo tiempo se desarrolló aún más la red eléctrica de todo el país.

energía renovableFoto: Pixabay

Noruega

Según el sitio web Lob carbón Power, que estudia las emisiones de CO2 y establece un ranking de países que usan energías renovables, posiciona a Noruega de segundo lugar después de Islandia. Entre las cifras que arroja, se menciona que el país produce 99% de la electricidad gracias a fuentes bajas de carbono, de este porcentaje se parte de 89% de energía hidroeléctrica y casi 10% restante en energía eólica.

Adicionalmente, el país exporta electricidad, ayudando a los países vecinos a disminuir las emisiones de CO2. Los retos a los que se enfrenta son respecto al transporte, la calefacción y la industria, porque requieren un mayor uso de electricidad. Lo cual evidentemente se traduce en caer en la emisión de CO2.

En la historia de la transición de Noruega hacia la producción de electricidad mediante energías renovables, se caracterizan los altibajos. Para los 80 este campo fue aumentando, hasta chocar con un parón en 1991. De allí en adelante hasta el año 2000 la inversión y generación de hidroelectricidad fue variable, lo que un año podía crecer, al año siguiente bajaba.

Resulta interesante como a pesar de los altibajos, el país es el líder en la producción de electricidad mediante el agua. Lo han logrado apegándose a los Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS) de las Naciones Unidas, que persiguen el objetivo de “lograr un futuro mejor y más sostenible para todos”

El gobierno incluso ha establecido varios objetivos para ayudar a frenar el cambio climático, tales como: bajar las emisiones de CO2 hasta 30% con año límite de 2030. Y hasta el año 2050 pretenden eliminar a 100% tales emisiones. También se ha apostado por el uso de los paneles solares, incluso pese al invierno ártico.

Se trata de un proyecto realizado en el archipiélago de Svalbard para suministrar electricidad a una emisora de radio marítima, que se ha convertido en un sitio turístico. Se trata de “la estación de paneles solares más al norte del mundo”.

Puede parecer paradójico instalar paneles solares en un lugar donde el sol no se asoma durante el invierno, pero todo cambia cuando llega el verano y el sol arropa durante todo el día. El asesor técnico de Store Norske, el señor Sellevold, explica esta paradoja, añadiendo también el factor del aire con su baja temperatura, que ayuda a “una mejor eficiencia en los paneles”.

El país también cuenta con el mayor parque eólico, con tecnología de punta. Tiene por nombre “Hywind Tampen” el cual contiene una docena de aerogeneradores que están ubicados en las aguas del Mar del Norte, aportando 88 megavatios. Lo que resulta interesante acá (y curioso) es que el destino de la electricidad producida es para industrias carburantes.

El capital invertido aumentó un 20%, pasando de 451 millones de euros hasta 642 millones de euros. La justificación de Equinor, la empresa encargada, es debido a la covid-19, que entorpeció la llegada del material necesario para su construcción. Ahora bien, ¿por qué dedicar la electricidad producida hacia campos de petróleo y gas?

Al reemplazar las turbinas de gas que usan las empresas carburantes de Snorre y Gullfaks por esta infraestructura eólica, ayudará a reducir la emisión de CO2 o gases contaminantes. Al año, la empresa estima que el Hywind Tampen disminuirá 200.000 toneladas de dióxido de carbono. De hecho, Jonas Gahr Store, primer ministro de Noruega, manifestó que la transición hacia las energías verdes no debe ser abrupta. Este es el comienzo.

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