Inmigrantes en España ganan un 29% menos que los trabajadores españoles, según un estudio

La brecha salarial en España entre trabajadores inmigrantes y empleados españoles es parecida a la de Canadá, donde llega al 27,5%

Empleo Agencias
Los inmigrantes en España ganan un 29% menos que los trabajadores españoles|Foto: EFE/Carlos de Saá
Los inmigrantes en España ganan un 29% menos que los trabajadores españoles|Foto: EFE/Carlos de Saá

Los trabajadores inmigrantes en España ganan un 29,3% menos que los empleados españoles, según un estudio que ha desvelado que esto se debe a las dificultades para acceder a puestos de trabajo mejor remunerados en sectores, profesiones y empresas.

La brecha salarial en España es parecida a la de Canadá, donde llega al 27,5%. Sin embargo, es más grande que la observada en otros países europeos como Noruega, Alemania o Suecia.

Estos son algunos de los resultados de un estudio publicado en la revista Nature, que examinó datos de 13.5 millones de empleadores y empleados en nueve países que reciben inmigrantes en Europa y Norteamérica: Canadá, Dinamarca, Francia, Alemania, Países Bajos, Noruega, España, Suecia y Estados Unidos.

El estudio fue dirigido por Are Skeie Hermansen de la Universidad de Oslo y contó con la participación de investigadores de más de una docena de universidades a nivel mundial. En el caso de España, el IESE Business School colaboró en la investigación.

Esta investigación pretende cuantificar la brecha salarial entre inmigrantes y nativos en los nueve países, así como identificar el origen de las disparidades salariales: si los inmigrantes ganan menos porque acaban en industrias, ocupaciones y empresas con salarios más bajos, o si ganan menos porque se les paga menos que a los no inmigrantes por realizar el mismo trabajo en la misma empresa.

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El artículo documenta que la brecha salarial entre inmigrantes y nativos, que se situó en general y de media en un 17,9%, no se debe principalmente a la desigualdad salarial por el mismo trabajo, sino al acceso limitado de los inmigrantes a sectores, ocupaciones y empresas mejor remunerados (lo que se conoce como clasificación).

Más concretamente, un 75% de la diferencia se debía a la clasificación en empleos con salarios más bajos y el resto a diferencias salariales por el mismo trabajo y en la misma empresa (lo que se conoce como desigualdad dentro del trabajo).

La brecha salarial variaba mucho entre los países para los inmigrantes de primera generación. España (29,3%) y Canadá (27,5%) tenían las mayores brechas. Noruega (20,3%), Alemania (19,6%), Francia (18,9 %) y los Países Bajos (15,4%) registraron diferencias medias.

Las diferencias más pequeñas en relación con los locales se encontraron en Estados Unidos (10,6%), Dinamarca (9,2%) y Suecia (7,0%).

Inmigrantes de segunda generación

En los países donde se disponía de datos (Canadá, Dinamarca, Alemania, Países Bajos, Noruega y Suecia), los investigadores también analizaron a los hijos de los inmigrantes para descubrir si los mismos patrones de ingresos se mantenían a lo largo de las generaciones.

En el caso de la segunda generación, la brecha general se había reducido a un 5,7%, pero seguía persistiendo, especialmente en el caso de los hijos de inmigrantes procedentes de África y Oriente Medio. La diferencia salarial dentro del mismo puesto de trabajo era, en promedio, de un 1,1%.

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Para los autores del estudio, la investigación tiene importantes implicaciones políticas, ya que indica si las medidas de integración deben centrarse en la igualdad salarial por el mismo trabajo o en mejorar el acceso a puestos de trabajo mejor remunerados.

Estos resultados ponen de relieve la importancia de las políticas destinadas a mejorar el acceso, mediante medidas como la formación lingüística, el desarrollo de competencias, la ayuda en la búsqueda de empleo, las oportunidades de educación nacional, el reconocimiento de títulos extranjeros y la mejora del acceso a la información y las redes relevantes para el empleo.

Las políticas dirigidas a combatir los prejuicios de los empleadores en las decisiones de contratación y promoción también pueden ser eficaces, señalan los autores.

Con información de EFE

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