Descubre la playa que brilla en la oscuridad en la costa de Cee

En Galicia se esconde un fenómeno de química y biología que solo necesita oscuridad, agua cálida y viento favorable para manifestarse, un espectáculo digno de admirar

Cultura y Ocio Agencias
La playa que brilla en la oscuridad en la costa de Cee|Foto: Europa Press/Turismo de Cee
La playa que brilla en la oscuridad en la costa de Cee|Foto: Europa Press/Turismo de Cee

En pleno corazón de Galicia se encuentra la costa de Cee, un tesoro que aguarda para ser admirado solo por viajeros pacientes, atentos y cómplices de la noche. Se trata del 'mar de ardora', y durante unas pocas noches de verano, este fenómeno transforma el océano en un manto de luz.

El mar se torna de un azul fantasmal y mágico, resplandeciendo como si destellos eléctricos invisibles adornaran sus olas. Esto no es un espejismo, la bioluminiscencia.

En las playas de Estorde y Gures no hay luces artificiales, ni focos escondidos. Es la misma naturaleza la que se revela en una de sus formas más extraordinarias, encendiéndose al paso de las manos, los remos o incluso los peces que cruzan la superficie. 

Este espectáculo natural se debe a la presencia de noctilucas, diminutos organismos marinos que durante los meses más cálidos se alimentan de microalgas y, al ser agitados, liberan un destello luminoso como mecanismo de defensa.

Un fenómeno de química y biología que solo necesita oscuridad, agua cálida y viento favorable para manifestarse.

Los lugareños lo conocen desde siempre. Algunos lo describen como 'el mar que respira luz', otros simplemente lo observan en silencio, conscientes de que están presenciando algo único.

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Los científicos empezaron a registrar este fenómeno en 1915, quedando reconocidos en todo el planeta más de 200 mares de ardora, concentrados en su mayoría en el noroeste del océano Índico y próximos a Indonesia.

Otros lugares donde se pudo visualizar este espectáculo luminoso fueron la costa de Somalia (África), la costa atlántica gallega y la bahía Fosforescente, en Puerto Rico.

La escena recuerda a un pasaje de 'Veinte mil leguas de viaje submarino', donde el capitán Nemo observa desde el Nautilus una masa luminosa en plena noche sin luna. Pero aquí, en Cee, la escena no pertenece a la literatura de Julio Verne, sino a una realidad tangible que se deja ver sobre todo en agosto, cuando las noches son cálidas, el cielo está despejado y el mar en calma.

No hay horarios. No hay entradas ni butacas. Solo el murmullo de las olas, la oscuridad envolvente y el momento exacto en que el agua se enciende al contacto con una pisada o un simple gesto.

Las fotografías apenas captan la magnitud del fenómeno; hay que estar allí, en persona, para comprender su magnetismo.

Presenciar el mar de ardora no es solo ver algo hermoso. Es sentir que el planeta respira. Es una invitación a apagar las pantallas, dejar atrás el ruido y entregarse al asombro puro. La experiencia trasciende la mirada: se convierte en un recuerdo físico, emocional, casi íntimo.

Cee, con su aire marinero y su hospitalidad gallega, ofrece mucho más que playas. Es una tierra de mitos, marineros y luces que bailan en la noche. Llegar hasta aquí es apostar por un turismo sereno, lento, profundamente conectado con la naturaleza y sus ritmos.

Consejos para los viajeros 

1. Elige noches sin luna

La oscuridad es aliada del asombro. Cuanto menos resplandor proyecte el cielo, más intenso será el espectáculo de bioluminiscencia. Las noches sin luna, especialmente cuando el cielo está despejado y la calma reina en el mar, ofrecen el escenario perfecto para que la luz azulada de las noctilucas se revele con toda su fuerza.

Evita fuentes artificiales de luz: apaga linternas, móviles y permite que tus ojos se acostumbren a la penumbra. Verás cómo el mar comienza a brillar casi por arte de magia.

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2. Consulta a los locales

Nadie conoce mejor los ritmos del mar que quienes viven junto a él. Los vecinos de Cee y los pescadores de la zona saben cuándo el agua está en las condiciones óptimas, qué vientos favorecen la aparición del fenómeno y en qué playas suele ser más visible.

Preguntar con humildad no solo aumenta tus posibilidades de éxito, sino que enriquece tu experiencia con historias y consejos transmitidos de generación en generación. En Galicia, compartir la sabiduría del mar es una forma de hospitalidad.

3. Activa la luz con tus pasos o remos

La bioluminiscencia se manifiesta con el movimiento. Camina por la orilla en plena oscuridad y observa cómo el agua chispea bajo tus pies. Si tienes la posibilidad de remar en una pequeña embarcación o kayak, cada palada creará estelas de luz que parecerán nacidas de otro mundo.

Incluso lanzar una piedra al agua o sumergir las manos puede desencadenar un resplandor instantáneo. Es como si el mar respondiera a cada gesto, iluminando tu presencia con una energía sutil y fascinante.

4. Viaja con respeto y sensibilidad

Este fenómeno es un tesoro natural, frágil y efímero. No dejes huella más allá de tus pasos en la arena. Evita hacer ruido, llevar focos potentes o alterar el entorno marino. No intentes capturarlo a toda costa: muchas veces, las cámaras no logran retratar lo que los ojos sí pueden sentir.

Observa con calma, en silencio, y comprende que el verdadero lujo está en ser testigo de algo que la naturaleza ofrece sin filtros, solo para quienes saben mirar. Porque el mar de ardora no se visita: se honra.

Con información de Europa Press 

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